Antonio Sánchez Román: “Nuestro estado emocional influye en el aprendizaje y la convivencia”
Orientador del IES Asta Regia (Jerez de la Frontera, Cádiz) y autor del ‘Antiprograma de Educación Emocional’, la trayectoria profesional de Antonio Sánchez Román siempre ha estado ligado al estudio de las emociones, la afectividad, la comunicación no verbal o la resolución de conflictos.
Pionero en la introducción de la Educación Emocional como asignatura curricular obligatoria en un centro público de Jerez, hace ya 9 años, este maestro recién jubilado cree profundamente en la necesidad de un cambio de paradigma educativo en el que tengan cabida las emociones a lo largo del proceso de aprendizaje. Y para ello afirma que la educación emocional debe tener un espacio propio en el horario escolar. El centro ha obtenido el Premio ‘Cultura de paz y convivencia escolar’ de la Junta de Andalucía y quedó finalista al Premio nacional de Acción Magistral.
¿Cómo surgió la idea de llevar la educación emocional al aula?
Se debe a un sentir profundo de que es necesario trabajar por un nuevo paradigma en la escuela, por un cambio que permita ver a la persona en su integridad, como un ser único y completo. Y para ello, el aspecto emocional es fundamental. A esto, además, se unen los últimos descubrimientos científicos sobre neuroeducación, que demuestran que nuestro estado emocional influye en el aprendizaje y la convivencia.
En el caso concreto del centro en el que yo estaba, también surgió como respuesta a una situación de compensatoria y bajo rendimiento académico y del interés del claustro.
Su instituto, el IES Asta Regia, ha sido pionero al incluir la educación emocional en su currículum, ¿cuál es el balance en todo este tiempo?
Comenzamos hace 8 años impartiendo talleres con alumnado disruptivo para mejorar la convivencia. Nos dimos cuenta de que los alumnos tenían un comportamiento correcto durante las sesiones, la dificultad llegaba cuando se incorporaban a su clase y volvían a repetir los mismos patrones de comportamiento. Como afirma el especialista en educación emocional, Rafael Bisquerra, “la educación emocional es prevención primaria de salud”.
Iniciamos entonces un proceso de implantación de una asignatura de Educación Emocional con carácter obligatorio en los cursos de 1ª y 2º de ESO, dentro del horario de libre disposición. Y para los grupos de 4º de ESO, y 1º y 2º de Bachillerato, dentro de los proyectos integrados y en el Plan de acción tutorial. Con las familias comenzamos un taller que tiene un recorrido de siete cursos escolares.
Los alumnos vivencian la alegría de comprender y ponerse en el lugar de los otros, desarrollan la compasión y se sienten responsables de su propia vida.
La valoración es muy positiva porque se han llevado a cabo múltiples intervenciones para mejorar tanto la convivencia como los resultados académicos. El programa en sí mismo ha supuesto un cambio en el modelo relacional con el alumnado, que aprende que existen diferentes alternativas que mejoran las relaciones con los demás y con ellos mismos. Los alumnos vivencian la alegría de comprender y ponerse en el lugar de los otros, desarrollan la compasión y se sienten responsables de su propia vida.